Esta producción belga que cuestiona el lugar que ocupa la carne en nuestras vidas y que analiza cómo el incremento de su demanda la ha hecho susceptible de ser tratada como cualquier otro producto de consumo, sometido a las reglas de consecución de la máxima producción al precio más bajo posible.
Ámame encarnecidamente arroja datos escalofriantes como que el aumento de enfermedades cardiovasculares, diabetes o un gran número de cánceres se deben a la soja y al maíz con el que se sobrealimenta a los animales.
O cifras, como que la ganadería intensiva se ha llevado ya por delante el 18% de la Amazonia, y que si no ponemos freno al excesivo consumo de carne, en menos de cuarenta años, serán necesarios criar y sacrificar unos 120.000 millones de animales.